Una nueva decisión salió desde el Salón Oval de la Casa Blanca, y es que el presidente demócrata Joe Biden tiene la intención de sacar a las FARC de la lista estadounidense de grupos terroristas. El Congreso ya fue notificado de la novedad según una fuente legislativa que declaró a EFE.
La notificación al Legislativo estadounidense es el paso previo para la retirada de las FARC de la lista del Departamento de Estado y se da a conocer un día antes de que se cumpla el quinto aniversario de la firma del acuerdo de paz entre el grupo guerrillero y el expresidente colombiano Juan Manuel Santos.
Hay varias aspectos que objetar en esta decisión. Comenzando por el hecho de que si bien la organización está oficialmente inoperativa, también es cierto que facciones nacidas bajo el ala de las FARC siguen operando tanto en Colombia como en Venezuela.
No han escatimado en ocultarlo, un video que circuló a finales de marzo pasado mostró a Iván Márquez, líder de la Segunda Marquetalia, dando un discurso mientras sobre la mesa reposaba un rifle de asalto AK-103 (una de las versiones más modernas del ya viejo AK-47) que Rusia negoció con el régimen de Nicolás Maduro.
No existe un plazo fijo para que esa nueva política entre en vigor. En este sentido, el secretario de Estado, Antony Blinken, figura como el máximo responsable de esa resolución.
Presencia en Colombia y Venezuela
Integrar la lista estadounidense de grupos terroristas restringe el acceso al sistema financiero internacional, además permite a otros países estructurar esfuerzos para detener el accionar de estos grupos. El resultado es el aislamiento de las organizaciones criminales. Si EE. UU. saca a las FARC de su lista, las puertas cerradas a nivel económico y territorial podrían volver a abrirse.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, rechazó confirmar si Biden llegó a una decisión final para retirar a las FARC de la lista y se limitó a decir que se estaba revisando la política hacia el grupo guerrillero.
No han sido pocos los episodios de violencia donde las FARC figuran como ficha clave, sobretodo en la frontera entre Colombia y Venezuela. El tema es tan alarmante que expertos y organizaciones independientes han difundido la existencia de una «zona gris», definida por The Risk Awareness Council como el espacio entre la competencia pacífica y el conflicto armado. El control por el territorio fronterizo es clave, ya que garantiza la exportación de drogas y el contrabando de oro, coltán y otro minerales.
La amistad de Maduro con las FARC
Jesús Santrich, cabecilla de las FARC y prófugo de la justicia de Colombia y Estados Unidos, se encontraba refugiado en Caracas según denuncias del extinto gobierno interino de Juan Guaidó. Circularon fotografías en mayo de 2020 del otro líder de la Segunda Marquetalia en el 23 de Enero, una zona popular de Caracas controlada por civiles armados del régimen.
Un año después el ministro de Defensa colombiano, Diego Molano confirmó la muerte del guerrillero durante un enfrentamiento contra la Guardia venezolana. A pesar de que recientemente circuló la hipótesis de que sigue vivo, el portal Semana mostró evidencia de su muerte.
El cabecilla de las FARC y su grupo la Segunda Marquetalia están amparados por Maduro, aseveró FundaRedes. Javier Tarazona, director de esa ONG declaró que el conflicto en el estado Apure, ubicado en Venezuela, iniciado el 21 de marzo de este año no era más que una «escaramuza» por el control del territorio que garantiza narcotráfico a menor costo. En ese entonces la Segunda Marquetalia se enfrentó con el grupo Gentil Duarte.
Tarazona hoy se encuentra preso por la dictadura venezolana luego de hacer las denuncias. Y no queda duda que las FARC siguen operando, por eso resulta inaudito la decisión de la Administración Biden.
Fuente: PanamPost