viernes, julio 26, 2024
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La grave crisis de desalojos en EEUU y los «sin techos»

MIAMI- Desde el 2022, decenas de ciudades y regiones de Estados Unidos atraviesan una crisis económica que el gobierno de Joe Biden oculta en contubernio con los grandes medios de prensa de izquierda y las agencias gubernamentales.

La situación afecta directamente a varias decenas de millones de estadounidenses que han visto reducir su poder adquisitivo en más de un 40%, desde que Biden llegó a la Presidencia en enero de 2021.

La peor inflación en las últimas cinco décadas, que ya cumplió sus tres años consecutivos; el caos en inmigración por la política de “Puertas Abiertas” del actual gobierno (más de 9 millones migrantes han entrado o llegado al país) y las erradas políticas económicas de la Casa Blanca han cercenado la capacidad financiera de la mayoría de las familias estadounidenses.

Los altísimos precios de las propiedades en venta y altas tasas de interés han sacado del mercado a potenciales y necesitados compradores. En el otro apartado, se encuentran los apabullados inquilinos en viviendas rentadas, que ven como cada seis meses o al año los dueños se aprovechan del caos reinante y les suben los alquileres entre un 10% y 15%, con muy escasas opciones de hallar algo mejor en el mercado, además del costo hoy de mudarse a otro sitio.

Pandemia, órdenes y ayudas
En algunos estados y zonas urbanas cotizadas como el sur de Florida, y condados en California, Nueva York, Texas, Illinois y Arizona; entre otros, las subidas pueden ser de hasta un 25% de un año a otro.

El resultado final ya fue anunciado desde finales de 2021 por expertos independientes y artículos de análisis en medios de comunicación no alineados a la administración Biden, como lo es DIARIO LAS AMÉRICAS: Una crisis aguda de ejecuciones hipotecarias e inquilinos desalojados de viviendas rentadas que no pueden pagar.

Durante la pandemia, el entonces presidente Donald Trump emitió en tres ocasiones órdenes ejecutivas que evitaban los desalojos, debido a la crisis humanitaria sin precedentes en la era moderna de Estados Unidos y el resto del mundo causada por la pandemia de COVID-19.

Luego Biden renovó dos veces más esas ordenanzas con el poder constitucional que se le otorga a los presidentes estadounidenses al enfrentar una situación de emergencia de esa envergadura.

Ambos acudieron a sus poderes presidenciales y ayudas federales aprobadas por el Congreso en Washington. De esta forma evitaron una debacle inmobiliaria y humanitaria en el país, que hubiera sido mucho peor a la del 2006-2009.

Pero a mediados de 2021, la Corte Suprema, en apego al derecho de los propietarios y en las postrimerías de la pandemia, dictaminó el final de la autorización federal de las moratorias en los pagos de hipotecas y rentas en todo el país, junto a una negociación del gobierno federal con los bancos para sumar los impagos a la deuda total de propietarios y ayudas federales que frenaron la pérdida de cientos de miles de inmuebles en EEUU e impidieron que muchos terminaran sin un techo rentado para vivir.

Pero la crisis no terminó con la pandemia; por el contrario, se agravó con una escalada de precios que sigue sin concluir y que ha puesto contra la pared a millones de familias e individuos imposibilitados de costear una vivienda o el pago de la renta mensual, junto al resto de los gastos fijos.

La grave crisis de desalojos
En diversas ciudades y condados de EEUU las cifras de desalojos se han duplicado.

Sólo en la primera semana de enero, la organización Eviction Lab, de la Universidad de Princeton, contabilizó más de 9,300 desalojos en nueve estados y 32 ciudades que monitorea.

En la ciudad de Nueva York más de 5.200 familias e inquilinos habían sido desalojados de sus apartamentos desde el 2022, cuando se levantó la moratoria estatal.

“Hemos visto en los últimos meses un aumento considerable de órdenes de desalojo en las áreas que monitoreamos”, afirma Jacob Haas, investigador de Eviction Lab.

En el condado de Maricopa, en el que se encuentran también la ciudad de Phoenix, Arizona, se contabilizan en estos momentos como promedio más de 3.000 desalojos cada mes.

«Normalmente realizo entre 19 y 25 desalojos por día», dijo Lennie McCloskey, uno de los 26 alguaciles en Maricopa, que con 4,5 millones de habitantes es el más poblado de ese estado.

En 19 años ejecutando órdenes de desahucio, McCloskey lo ha visto casi todo, pero en los últimos dos años «veo personas que trabajan, que para mantenerse tienen dos empleos; o varias familias que comparten un mismo apartamento o casa … los salarios no acompañan el alquiler», describe McCloskey, de 68 años.

«Lo que es particularmente dramático sobre Phoenix es lo caro que se ha vuelto, y lo rápido que ha ocurrido», dijo Glenn Farley, director del Instituto Sentido Común, de investigación económica.

Para pagar una hipoteca en el área metropolitana de Phoenix se necesita trabajar unas 68 horas semanales como promedio, explica Farley, frente a 40 horas en 2019. «Es un incremento de más del 50%», subraya Farley.

En muchos estados los salarios aumentaron, pero “el problema es que la inflación por sí sola ha absorbido esos aumentos y los costos de la vivienda se incrementaron entre un 40 y 60%», sintetiza.

Una situación similar existe en diversas regiones del país.

Florida
Desde finales de 2022, Florida y en especial el sur de Florida no escapan a la crisis de desalojos, donde los precios en las rentas y la compraventa de propiedades se han duplicado y triplicado, respectivamente.

En Miami, cualquier vivienda de 3 habitaciones y dos baños en venta sobrepasa los 650.000 dólares, con una tasa hipotecaria que ronda el 7%. Para ser propietario hay que destinar el 78,7% de los ingresos de una persona y más del 64% en el caso de una pareja.

La renta de un apartamento o condominio de una habitación y un baño oscila entre 1.800 dólares y 2.400 dólares por mes; una vivienda de tres habitaciones y dos baños supera los 3.000 dólares. En el centro de Miami, el pago se eleva por encima de los 4.000 dólares.

Desde el 2022, las órdenes de desalojo en Florida suman varios miles cada mes entre los condados West Palm Beach, Broward y Miami-Dade. Las cifras duplican el promedio respecto a 2019.

La crisis de precios en el sur de Florida y en particular en el condado Miami-Dade ha desplazado a miles de residentes hacia el centro-oeste y norte del estado, o hacia otros estados.

Miami y Miami Beach se ubican, en los últimos tres años, entre las ciudades más caras de EEUU para vivir, al mismo nivel o por encima de urbes como Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Houston y Chicago.

En opinión de expertos, existe ahora un flujo migratorio recíproco en Florida. Siguen llegando personas a vivir desde otros estados y residentes del sur y centro emigran también hacia regiones menos costosas hacia el centro y norte de la nación. No obstante, cada vez son menos los estados asequibles para un trabajador promedio. En la gran mayoría de los 50 estados, ya prácticamente nada es barato.

Los más afectados
Las solicitudes de desalojo son más del 50 % mayores que el promedio previo a la pandemia en algunas ciudades, de acuerdo con estadísticas de Eviction Lab. Los propietarios presentan ahora más de 4 millones de casos de desalojo cada año.

Según la inmobiliaria Zillow, los precios de alquiler en todo el país han subido más de un 40% respecto al 2019

Los más afectados, como es de suponer, son las personas y las familias de bajos y medianos ingresos, frente a un déficit superior a los 8.6 millones de unidades asequibles en todo el país, de acuerdo con datos de la Coalición Nacional de Viviendas de Bajos Ingresos.

La gran preocupación de las autoridades estatales no termina en los desalojos, sino en el otro grave problema que se deriva del primero: la alta cifra de personas que se ven obligadas a acudir a un refugio temporal o vivir en las calles bajo casas de campañas, ante la imposibilidad de encontrar un techo que puedan pagar.

Por el momento, la crisis en todo el país se agudiza, las soluciones inmediatas no se vislumbran y mucho menos el final de una tragedia que podría arrastrar a decenas de millones de personas entre el 2024 y 2025 si no hay un cambio sustancial de las actuales políticas económicas, que han disparado el costo de vida al nivel nunca visto en EEUU.

Fuente: Diario Las Américas

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