sábado, julio 27, 2024
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Rusia, China e Irán quieren votar en EEUU

MANUEL AGUILERA,

Las protestas en las universidades de EEUU por la guerra entre Israel y la banda terrorista Hamás han ocupado titulares en los medios de EEUU pero también en el resto del mundo. Lo que podía ser una protesta legítima de un grupo de jóvenes acerca de un conflicto ha degenerado en violencia por parte de lo más radicales con la consiguiente respuesta de la fuerzas del orden.

Por un lado es evidente y se ha comprobado, tras conocer las identidades de muchos de los detenidos, que muchos de los manifestantes no son estudiantes y forman parte de organizaciones con otros intereses. El conflicto se ha simplificado de tal forma que pareciera que todo aquel que apoye a Israel es un ultraderechista peligroso mientras los que se supone que abrazan a los palestinos (olvidando el carácter asesino y destructivo de Hamás) son abanderados del progresismo. Así todo, mientras en todo el mundo la izquierda forma una inexplicable matrimonio con el islamismo radical, en las cloacas de la desinformación generada desde los tres países que mejor personalizan el odio a EEUU se utilizan las imágenes de confrontación en las universidades para desacreditar al imperio.

Según publicó recientemente New York Times, en las dos semanas que las imágenes de violencia en los campus recorrieron el mundo, los medios de comunicación estatales de Rusia, China e Irán publicaron casi 400 artículos en inglés sobre las protestas. Son datos de NewsGuard, una organización que rastrea la desinformación en Internet. Denuncia NewsGuard que los países también han desatado una oleada de contenidos a través de cuentas no auténticas o bots en plataformas de redes sociales como X y Telegram o sitios web creados, en el caso de Rusia, para hacerse pasar por organizaciones de noticias occidentales.

El objetivo no es otro que mostrar al sistema estadounidense como algo decadente, poco democrático, que reprime al que no acepta las verdades del sistema. Debería ser una llamada de advertencia para esos grupos de izquierdas que como comentaba anteriormente se han aliado con una organización como Hamás, que más allá de los horribles actos del 7 de octubre contra civiles indefensos israelíes, tiene como objetivo fundacional la destrucción del estado de Israel y el aniquilamiento de todos los judíos.

¿Cuál es el siguiente paso compartido de China, Rusia e Irán contra EEUU? Influir en las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo mes de noviembre.

Es curioso como en los últimos años, y más en los meses recientes con la inminencia de las elecciones, han proliferado las empresas de “factchecking” que buscan acabar supuestamente con la desinformación en los medios hispanos de EEUU. De un modo paternalista y condescendiente, se ha puesto sobre la mesa una suma importante de millones de dólares para corregirnos a los periodistas hispanos lo que hablamos y escribimos y de esa manera proteger a la indefensa población que proviene de América Latina y que ha recalado en EEUU.

En vez de invertir en robustecer los medios hispanos, se crean organizaciones para controlar lo que publican. Lo más grave es que mientras pasa esto, los verdaderos enemigos de la democracia y la libertad de prensa inundan de mentiras las redes sociales. Hasta algunos miembros del FBI han alertado de la injerencia electoral que ya está en marcha.

Meta, TikTok y X deben extremar sus controles para no convertirse en el campo de batalla de Putin y sus aliados. El presidente ruso visita China mientras escribo esta columna y se jacta de que sus relaciones con Xi Jinping son un ejemplo, escenificando el desafío hacia EEUU. Una unión política que se extiende a Irán y que tiene como campo de pruebas América Latina. Frenar esta campaña de desinformación que ya está en marcha es responsabilidad del actual inquilino de la Casa Blanca pero sea Biden o Trump quien esté al frente en 2025, les toca tomar el protagonismo político y económico en América Latina. Más inversión, más oportunidades para las empresas de EEUU en la región son necesarias pero al mismo tiempo hay que desplazar a Rusia, China e Irán por su influencia política y por su protagonismo en negocios estratégicos como la construcción de infraestructuras, desarrollos energéticos y todo lo que esté relacionado con la seguridad cibernética y la protección. Los líderes rusos, chinos e iraníes quieren “ejercer su voto” el próximo noviembre y es momento de empezar a trabajar para impedírselo.

Fuente: Diario Las Américas

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