Desde hace ya unos años, cada renovación parlamentaria trae una aburrida y reiterada escena. La de las proclamas políticas predecibles y repetidas de los diputados de izquierda. A horas de ver a Javier Milei asumir la conducción del Poder Ejecutivo, los distintos parlamentos recibieron a los nuevos legisladores. Aunque la mayoría se limitó a responder ante la pregunta protocolar con el “sí, juro”, los socialistas y kirchneristas más fanáticos volvieron a aprovechar los “segundos de fama” de las cámaras para insistir con la cantinela ideológica y desubicada.
A la hora de hacer el ridículo, no importa si se trata de la legislatura porteña o el parlamento nacional. Celeste Fierro, del Frente de Izquierda, tomó el micrófono como si fuera una cantante de rock en medio de un recital, para vociferar su compromiso. Lo hizo por “los y las 30000”, por “las infancias”, por el “genocidio en Gaza” y en contra del capitalismo. Terminó con su puño en alto, con el pañuelo verde atado en su muñeca. Cosechó silbidos y aplausos.
Aprovechando que no hay “dress code” en la Cámara de Diputados, Juan Marino, del “Partido Piquetero” en el frente kirchnerista, se presentó con una remera roja, que emula la tapa del libro Nunca Más, que enumera los abusos y violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar. El diputado juró por los “30000 detenidos desaparecidos”, pero el texto que eligió como vestimenta hace referencia a 8961 casos. El legislador izquierdista también aprovechó la jura para manifestarse en contra de la “agresión de la motosierra”, que supuestamente sufrirá “el pueblo” bajo la gestión de Javier Milei.
Otro que decidió revolear el puño al aire, como si se encontrara en una asamblea bolchevique fue el trotskista Christian Castillo. Aguardando su momento, como si fuera un niño, cuando encontró un segundo de silencio juró “por la clase trabajadora”, “los oprimidos del mundo”, “los 30000 desaparecidos”, “por el socialismo y para terminar con el capitalismo”.
El momento de seriedad de la jornada
Ya con la conformación actual de la Cámara de Diputados, que se mantendrá hasta 2025, Martín Menem comenzó a ejercer la presidencia del recinto. En su primera manifestación reiteró las palabras del presidente electo Javier Milei, quien advirtió que “no hay plata” en el Estado, por lo que se tendrán que recortar los gastos. En este sentido, el diputado anticipó que se reducirá la burocracia de la cámara y sus dependencias, en sintonía con lo que viene solicitando con razón la ciudadanía argentina.