Irán lanzó en la madrugada de este miércoles un ataque con misiles balísticos sobre dos bases que albergan militares de Estados Unidos en Irak, en venganza por el asesinato del general iraní Qasem Soleimani.
Según reportó el Pentágono, una docena de cohetes impactaron en los complejos militares de Al Asad, ubicado al oeste de Bagdad, y de Irbil, cerca a la frontera iraní.
«Está claro que estos misiles fueron lanzados desde Irán y apuntaron al menos a dos bases militares iraquíes que albergan personal de las fuerzas armadas estadounidenses», indicó el ejército de EE.UU. en un comunicado.
Dentro de las instalaciones atacadas también se encuentra personal de la coalición de países aliados de Estados Unidos en Medio Oriente.
En una declaración televisada, este miércoles el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que el ataque iraní no causó ninguna víctima mortal entre el personal estadounidense e iraquí presente en las bases y que los daños materiales a las instalaciones era mínimos.
Este es el asalto más directo de Irán contra Estados Unidos desde la toma de la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979.
«Todo está bien»
La primera reacción de Washington tras conocerse los ataques se produjo en la madrugada del miércoles. En un breve comunicado, la Casa Blanca informó que Donald Trump se encontraba al tanto de lo sucedido.
Estados Unidos tiene alrededor de 5.000 soldados en Irak.
«Somos conscientes de los informes de ataques contra instalaciones estadounidenses en Irak. El presidente ha sido informado, está monitoreando la situación de cerca y consultando con su equipo de seguridad nacional», señaló en un comunicado la vocera la de Casa Blanca, Stephanie Grisham.
Poco después, Trump escribió en Twitter que «todo está bien».
«¡Tenemos el ejército más poderoso y mejor equipado en cualquier parte del mundo de lejos!», indicó el mandatario.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, dijo que el ataque es «una bofetada» para Estados Unidos.
«Cuando se trata de confrontación, la acción militar de este tipo no es suficiente. Lo importante es que la presencia corrupta de Estados Unidos termine», dijo.
El ataque se produjo días después de que Estados Unidos matara al poderoso comandante iraní Qasem Soleimani en una ofensiva con aviones no tripulados en Bagdad por orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Irán amenazó inmediatamente después de aquello con «una severa venganza» contra EE.UU.
El jefe de personal del ejército regular de Irán, el mayor general Mohammad Baqeri, dijo que el ataque con misiles mostró solo una «pequeña parte» de las capacidades que tienen las fuerzas armadas iraníes.
«La feroz venganza ha comenzado»
Por su parte, la televisión estatal iraní señaló que, con el ataque de este miércoles, las Fuerzas Armadas de ese país «respondieron al asesinato del comandante Qasem Soleimani».
El medio informó que los militares iraníes prometieron «más respuestas aplastantes» en caso de nuevos ataques de Estados Unidos.
«La feroz venganza ha comenzado», señalaron.
El operativo fue bautizado como «Mártir Soleimani» y fue ejecutado por la división aeroespacial de la Guardia Revolucionaria de Irán.
Esa fuerza militar señala que Estados Unidos deberá retirar a sus tropas de la región si quiere evitar más pérdidas y odio.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, dijo que su país atacó tropas de EE.UU. en Irak en «defensa propia bajó el artículo 51 de la Carta de Naciones unidas».
En un mensaje en su cuenta de Twitter, Zarif señaló que el objetivo del ataque fue «la base desde la que cobardemente se atacó a nuestros ciudadanos y altos funcionarios».
«No buscamos una escalada o una guerra, pero nos defenderemos ante cualquier agresión», concluyó.
Jonathan Marcus, corresponsal de defensa y diplomacia de la BBC explicó que dada la importancia del general Soleimani y la respuesta que generó su asesinato, el ataque militar de Irán contra las bases estadounidenses en Irak fue una respuesta moderada.
Reacciones
Uno de los primeros efectos del ataque con misiles fue la decisión del gobierno de Filipinas de ordenar la repatriación obligatoria de sus nacionales en Irak, donde viven unos 6.000 filipinos.
Por su parte el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, invitó a Irán a «proceder a reducir la escala» de su ofensiva.
«Irán no puede repetir este ataque temerario y peligroso», dijo Johnson durante una intervención en el Parlamento.
Mientras tanto, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, decidió cancelar sus visitas a Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Omán, programadas para esta semana.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Siria -país cercano a Teherán-, Walid Muallen, señaló que Estados Unidos era el país responsable de la tensión que se vive en la región.
«El régimen de Estados Unidos es el responsable de todas las consecuencias que se están viendo en la región debido a su política temeraria y su mentalidad arrogante con la que gobierna sus actos«, afirmó.
Tras los ataques, algunos de los mercados asiáticos sufrieron caídas. Por ejemplo, el índice de referencia de la bolsa Hang Seng de Hong Kong cayó un 1,14% al abrir.
Por otro lado, el precio del petróleo se elevó a su máxima cotización en meses después de lo sucedido en Irak.
Horas después del ataque, el precio de referencia del crudo estadounidense subió casi un 5%.
Y en Wall Street los mercados se mantuvieron estables después de varios días de incertidumbre, con una subida de dos puntos en el índice de Dow Jones industrial.
Fuente: BBC Mundo