sábado, abril 27, 2024
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La metamorfosis de los testaferros

NINOSKA PÉREZ CASTELLÓN,

“Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados…” Mark Twain

Nada es más parecido a la metamorfosis de los insectos que la de los agentes del régimen de La Habana. El asunto es transformarse en algo que no son. Los mismos que otrora fueron delatores, espías, represores, creen que el tiempo los puede convertir en mariposas. Se convencen de que una rata puede ponerse perfume y dejar de oler a cloaca. Eso los hace creer que viven en un mundo desmemoriado donde el haber sido un victimario se puede descartar como el capullo en el proceso de transmutación.

Así de obtusos suelen ser los agentes del régimen. Sorprendentemente, algunos lo logran porque la mala memoria es un mal endémico de los cubanos.

El jefe del “Contingente de Mipymeros” que desembarcó en Miami recientemente resultó ser un agente de la Seguridad del Estado cubana. ¿Sorprendida? Para nada, lo dijimos desde un comienzo. La operación que contó con el apoyo del Departamento de Estado Norteamericano, unos cuantos tontos útiles y oportunistas locales estaba comprometida.

Recientemente, Cuba no dejó salir a la opositora Martha Beatriz Roque a recibir un premio otorgado por la Casa Blanca, pero dejó viajar al grupo de empresarios de la nueva clase para reunirse con los “gusanos” del exilio. Claro, venían en busca de inversionistas para sus recién creadas empresas. La consigna era que en menos de dos años sus negocios habían ganado más de dos millones de dólares. En un país sin poder adquisitivo, ni turismo, esa tiene que ser una de las desconocidas maravillas del marxismo.

La matemática revolucionaria se centra en el engaño. Un pequeño taller de elaboración de ropa de niños con 14 empleados en un país donde los dólares los tiene la cúpula y los turistas, que son pocos, no se puede ganar esa cantidad de dinero. Más aún sin contratos en el exterior, porque no puede competir en precios. Pero los manipuladores ya estaban hablando que esta era la solución de Cuba. Libertad económica, coreaban, cuando la gran mayoría de las empresas hacen negocio con el régimen, o son del régimen.

Otro circo en plena función, solo que no de los hermanos Ringling, sino de los herederos de los hermanos Castro. Y allí desembarcó el agente “David” con su triste historial de operativo del Ministerio del Interior cubano. Le prepararon su leyenda de reformista: Se había quejado cuando la onda era el “cuenta propismo” y resultó que con el fracaso del mismo, los insertaron en las mipymes para coordinar la operación.

No les basta con los fondos que reciben de Europa para la creación de las mismas. había que venir al exilio en busca de los dólares. La culminación del sueño del Cartel de La Habana: que las víctimas inviertan para mantener a flote a los victimarios. Al fin de cuentas aquí es donde están los dólares, producidos por la misma “escoria” que ellos expulsaron del país.

El extenso reportaje de Cubanet por Claudia Padrón Cueto recorre todo el historial del agente al que le abrieron las puertas, algunos con el oportunismo que los caracteriza, otros con total ingenuidad, pensando que los nuevos empresarios ayudarían a los familiares de los presos políticos, pero equivocados igualmente.

A todos recomiendo leer el extenso artículo de Cubanet para que tengan una idea de las labores de “David” y conozcan como el preso político Francisco Chaviano fue su víctima. En el año 94 cuando Chaviano fue acusado de revelar secretos de la Seguridad del Estado, se referían a un grupo de derechos humanos que documentaba los balseros muertos y desaparecidos en aquellos turbulentos años de miles de personas lanzándose al mar. Allí como agente en el juicio estaba Alfonso Larrea testificando contra Chaviano y dejando constancia que se había infiltrado en la oposición como agente del Ministerio del Interior. Chaviano fue condenado, gracias al testimonio de Larrea, a 15 años, de los cuales cumplió 13 cargados de maltratos y brutales palizas.

Larrea también infiltró otro grupo que transmitía por la Voz de la Fundación. El Comité de Unidad Nacional resultó ser víctima de Larrea, conjuntamente con Héctor Castaneda, José Antonio Fornaris y Fausto Adolfo Martí. En esa operación fueron a prisión el Dr. Omar del Pozo, Carmen Arias, Víctor Reinaldo Infante y Julio Cesar Álvarez. Durante el juicio, sólo testificó Héctor Castaneda. El primero de agosto de 1992 en el edificio de la calle 170 entre 5ta y 7ma del Municipio Playa el estelar testigo acusador entró en temblores y hubo que suspender el juicio durante 25 minutos hasta que lo trajeron de vuelta visiblemente vomitado. Así de valientes son los miserables agentes de la Seguridad del Estado. Unos años después me llamó Fausto Adolfo Martí para decirme que había escapado a España y se estaba muriendo de hambre, para que le enviara dinero, llorando, me decía que estaba arrepentido del error. Le respondí entonces que como no podía saber si era otra operación de la Seguridad del Estado, que no me volviera a llamar.

La triste labor del agente David, para llegar a estar hoy en la posición que ostenta no es más que la traición, la delación y el enviar a inocentes a prisión. A ese sujeto es el que nos querían imponer como un genio empresarial enfrentándose a los molinos trituradores del régimen de La Habana. Lo pasearon por la ciudad, le abrieron las puertas de hogares de exiliados y resultó que no era más que un vulgar testaferro en una posición privilegiada.

Los oportunistas de siempre siguen siendo los mismos, como Larrea, están ahí por los beneficios que obtienen, algunos como Joe García todavía andan quejándose por ahí que el exilio lo único que sabe es decir no. Sí, decimos no a la infamia, a los oportunistas y a toda operación que beneficie al régimen. Pero también tienen que responder el Departamento de Estado Norteamericano y la Embajada Americana en Cuba promoviendo a personajes con el historial de Alfonso Larrea, responsables de haber colaborado a enviar a opositores a prisión. ¿Le volverán a dar visa? Quizás entonces pueda ser procesado en territorio estadounidense como el enfermero Marrero, responsable de dar electrochoques a los presos políticos que Larrea ayudó a enviar a prisión.

Fuente: Diario Las Américas

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