martes, mayo 14, 2024
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Turismo en Cuba se estanca esperando por Biden

La industria turística de Cuba no sale de su estancamiento en la etapa postpandemia. Los errores estratégicos cometidos por el régimen cubano antes, durante y posteriormente a la pandemia están pasado factura sin piedad a la principal industria del país. Mientras tanto, uno de los competidores más fuertes en el Caribe, República Dominicana, crece a un ritmo vertiginoso, siendo el destino del Caribe de mayor recepción de turistas en los primeros cuatro meses del año.
Los inflados planes de recuperación de la industria turística cubana lanzados por el ministro de Economía, Alejandro Gil, van a quedar sin cumplirse. Una vez más el mediocre ministro de Economía cubana queda en ridículo con sus planes de ensueño. En los primeros cuatro meses del año Cuba alcanzó la cifra de 446.974 turistas acumulados desde el mes de enero, según reveló a la prensa el ministro cubano de Turismo en la Feria Internacional de Turismo que se efectuó en el balneario de Varadero. A este ritmo será imposible alcanzar la cifra de 2,5 millones de turistas proyectada por el ministro de Economía cubano.
En contraste, la República Dominicana registró la llegada de 626.010 turistas en el mes de abril, una cifra récord para este mes, con un crecimiento del 7% con respecto a abril de 2019. En tan solo un mes este resultado generó más de 700 millones de dólares, el doble de lo que ingresó la industria turística cubana el pasado año.
Una recuperación muy lenta
Al cierre de mayo el mercado cubano continuó con la misma tendencia baja de arribos de turistas, al registrarse la llegada acumulada desde enero de 564.847 turistas, según reportó la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Los mercados que más turistas han aportado son Canadá y la diáspora cubana asentada en el exterior, principalmente en EEUU, seguidos de los tradicionales mercados europeos. Sin embargo, aunque muestran una leve recuperación respecto a igual periodo del año anterior, las estadísticas publicadas reflejan resultados muy pobres comparados con 2019, el año previo a la pandemia, un 75,3% por debajo de la cifra alcanzada ese año.
Llama la atención que, de todos los mercados, el de mayor recuperación es el que corresponde al segmento de la diáspora cubana en el exterior, al reflejar el arribo de 50,48% menos que en 2019. Lo cual indica que los tradicionales y principales mercados emisores a Cuba están teniendo una recuperación extremadamente lenta. Por ejemplo, el mercado canadiense, que por más de 20 años ha sido el principal emisor de turistas a Cuba, en los primeros cinco meses de 2019 promedió 136.509 turistas mensuales a la Isla, mientras que en 2022 el promedio ha sido de 36.546 turistas mensuales. Con los mercados europeos ocurre algo similar, Alemania por ejemplo tuvo un promedio mensual de 19.050 turistas en 2019, mientras que en 2022 fue de solo 4.453 turistas; Inglaterra en 2019 promedió 15.185 turistas al mes, mientras que en 2022, 4.017; Francia en 2019 promedió 20.572 mensuales y 3.984 en 2022.
Principales causas del estancamiento de la industria turística cubana
El concepto de desarrollo de la industria turística cubana se ha vuelto obsoleto. No es un proyecto incluyente, más bien responde a los intereses monopólicos de la elite mafiosa que hoy detenta el poder en la Isla. Dicha elite controla, no solo la mayor parte del mercado turístico del país en todos sus ámbitos, sino también las instituciones estatales que se supone tracen las directrices de la industria del ocio en la nación. Uno de los objetivos más importantes de esta elite es marginar y obstaculizar al máximo la participación del marginal sector privado permitido en el país en las oportunidades que se presentan en el desarrollo de esta industria.
A diferencia de Republica Dominicana, en Cuba la mayoría de las operaciones comerciales relacionadas con el turismo son controladas por el Estado. Salvo la excepción de la renta en casas particulares y los servicios de restaurantes privados conocidos coloquialmente como paladares, todo lo demás es controlado por el Estado. Los centros de recreación, las marinas y las excursiones son manejadas por las empresas del Estado. El sector privado no tiene oportunidades de participación en estas modalidades. Las pocas modalidades donde el sector privado participa están fuertemente reguladas con altos impuestos y el límite de tener una sola licencia. Por tanto, la oportunidad de expandir sus operaciones con sus propios recursos es nula.
De igual manera, los cuentapropistas cubanos no tienen oportunidad de asociarse con inversores extranjeros, ni siquiera a través de una MIPYME, en las modalidades recientemente aprobadas por el Gobierno cubano para permitir el sector privado. Recientemente la ministra de Trabajo y Seguridad Social, María Elena Feijó Cabrera, ratificó la prohibición del ejercicio privado del servicio de guía de turismo y agencias de viajes. En este sentido expresó: «esas opciones están reservadas para productos turísticos desarrollados y comercializados por las entidades del sistema empresarial del turismo».
En un país donde escasean los recursos financieros producto de la ineficiencia y la obsolescencia del sistema, el Gobierno es incapaz de crear las condiciones necesarias para que los propios cubanos puedan participar en las operaciones comerciales turísticas en su propio país en todo su esplendor, privándolos de sus derechos para generar riquezas en su propia tierra. El Gobierno es incapaz de crear oportunidades de negocios que podrían generar decenas de miles de empleos y, al mismo tiempo, no solo contribuir al bienestar económico de miles de familias sino al desarrollo económico del propio país.
La imagen de país que el Gobierno cubano está dando ahora mismo dista mucho de la imagen país que los competidores de la región ofrecen al turismo internacional. Cuba proyecta la imagen de un pueblo esclavo, triste, destrozado en su infraestructura. La pobreza y la represión causada por el régimen opacan la belleza de los paisajes y las playas del país. Los cubanos que trabajan en el sector del turismo en las compañías del Estado, ya sea en hoteles que son administrados por empresas extranjeras o no, perciben bajos salarios, tienen que robar cuanto insumo puedan para hacer rentable su jornada de ocho horas. Los salarios en dólares que supuestamente debería pagar el empleador extranjero a los trabajadores van a parar a las arcas de GAESA, mientras los trabajadores mal pagados reciben su salario en pesos (CUP) devaluados, con los que no pueden comprar los alimentos y demás productos que necesitan para satisfacer sus necesidades en las tiendas dolarizadas que también son controladas por GAESA.
Los pocos turistas que llegan son de mala paga, apenas dejan propinas, ya vienen con sus paquetes «todo incluido». Muchos se quejan de no recibir un buen servicio. La mezcla de marketing que ha diseñado GAESA para atender el mercado turístico no funciona. La fuerza laboral tiene la moral baja, la autoestima está por el suelo, su prioridad es tratar de sobrevivir en un país esclavo, ver qué puede llevarse a casa para alimentar a los suyos. La masa laboral no siente el negocio como propio, no es feliz, no disfruta su salario, pues el fruto de su sacrificio no va a parar a sus manos, sino a manos de quienes los explotan. Esto explica la apatía, la angustia y la tristeza que los turistas perciben cuando tratan con los empleados cubanos. Por eso no repiten, ni recomiendan a la Isla como destino turístico.
Esta es la razón por la cual la belleza de la isla se vuelve nada ante la ignominia de quien explota y cercena los derechos de una población hambrienta y carente de libertades elementales. La hospitalidad espontánea y alegre que siempre caracterizó al cubano se ha diluido en el tiempo, ha quedado en el pasado. ¿De que vale entonces hacer millonarios inversiones en decenas de hoteles en los que muy pocos se hospedan?
Esperando por la ayuda de la Administración Biden
Mientras esta realidad refleja la crisis de la industria turística cubana, el régimen cubano tiró sus últimas cartas lanzando una migración masiva a EEUU a través de la ruta Nicaragua-Honduras-Guatemala-México-EEUU, para crear un caos en la frontera sur de EEUU y forzar a la Administración Biden a revertir las sanciones implementadas por la Administración Trump relacionadas con los vuelos a Cuba, la reanudación de los tramites consulares en la embajada de EEUU en La Habana y levantar las restricciones de envíos de remesas a la Isla desde EEUU.
La operación una vez mas tuvo éxito. Hay que recordar que, siempre que hay una crisis interna, el régimen abre la compuerta migratoria para aliviar la tensión interna y crear una ruta que lo reoxigene para mantenerse vivo. Basta recordar Camarioca (Jonhson en los 60), Mariel (Carter en el 80), Crisis de los Balseros del 94 (Clinton, en 1994), Ruta centroamericana (Obama 2016) y actualmente Biden. Al cierre del mes de abril del presente año más de 145.000 cubanos habían logrado emigrar a EEUU por vías informales desde que Biden comenzó su labor como presidente de EEUU. Dicha cifra ha roto el récord de la estampida del Mariel.
Los frutos de esta operación rápidamente dieron resultados. La Administración Biden acaba de anunciar la reanudación de los servicios consulares (a pesar de que no ha sido resuelto el misterio de los ataques sónicos a los diplomáticos norteamericanos), la reanudación de los vuelos de líneas aéreas norteamericanas a nueve aeropuertos en la Isla, y la reanudación de los envíos de remesas a Cuba.
En el caso específico de la reanudación de los vuelos a Cuba, cobra vital importancia para la recuperación de la industria turística cubana, puesto que la emigración cubana es el segundo segmento de importancia después del mercado canadiense en cuanto a cantidad de turistas que arriban al país. Sin embargo, el segmento de cubanoamericanos es el primero generando ingresos, pues son los primeros rentando autos. Más del 90% de los autos que se rentan en Cuba son absorbidos por este segmento. Además, este segmento es el que mas ingresos genera en el hospedaje, pues la mayoría de ellos pasa varios días de vacaciones en los polos turísticos del país junto a sus familiares que viven en la Isla y que no tienen dinero para pagarse la estancia en un hotel con sus propios recursos.
Conclusiones
La recuperación de la industria turística de Cuba se encuentra empantanada en la etapa pospandemia. Los pobres resultados alcanzados en los primeros cinco meses del año así lo muestran: en este periodo apenas lograron atraer 564.847 turistas al país, de los cuales 121.285 fueron cubanos residentes en el exterior. Un fuerte contraste con la excelente recuperación que han tenido el resto de los destinos competidores en el Caribe, especialmente la de la República Dominicana, que al cierre de mayo había recibido 2,9 millones de turistas, de los cuales solo en el mes de abril fueron 626.010, una cifra superior a la alcanzada por Cuba en los primeros cinco meses del año.
De forma general, el arribo de turistas a Cuba hasta el mes de mayo ha sido un 75,3% inferior al alcanzado en 2019, año previo a la pandemia. El segmento que mejor se ha recuperado es el de los cubanos residentes en el exterior, sobre todo impulsado primero por la apertura de los aeropuertos cubanos y por la recién aprobada reanudación de los vuelos desde EEUU a nueve aeropuertos cubanos por parte de la Administración Biden.
La recuperación del turismo canadiense y la de los principales emisores de turistas europeos ha sido muy lenta. La mala imagen generada por la industria turística cubana en los tiempos de pandemia, donde las quejas de los turistas inundaron las redes sociales por el maltrato, los malos servicios, el cobro abusivo de las pruebas de Covid-19, la mala calidad de la comida y las quejas por el deterioro de la infraestructura hotelera, están pasando factura a la etapa de recuperación. A esto hay que sumar el apoyo del régimen cubano a la invasión de Rusia a Ucrania, lo cual también ha tenido un peso importante en la merma del arribo de turistas europeos a la Isla.
Dada la situación actual, para que la industria turística cubana vuelva a alcanzar la cifra de turistas que registró en 2019, es probable que demore unos cuatro o cinco años. Teniendo en cuenta, que la industria turística es una de las pocas infraestructuras que más o menos mal funciona, es previsible que la situación económica del país seguirá siendo caótica para los próximos años.
Canadá principal emisor
El turismo canadiense sigue siendo la tabla de salvación del régimen cubano en 2022, tal y como demuestra las última estadísticas oficiales publicadas por la Oficina de Estadísticas e Información de la Isla (ONEI) reporta CUBANET
Tras la actualización del pasado mes de julio, las cifras reafirman a Canadá como el principal mercado emisor de turistas a la Isla, con 258 896. Le siguen a los canadienses los emigrados cubanos, con 183 880, y los visitantes estadounidenses, con 52 673.
Entre los países que mayor cantidad de visitantes aportan al turismo en Cuba se encuentran también España (42 057), Rusia (38 041), Alemania (31 047), Inglaterra (27 270), Francia (26 888), Italia (18 679) y México (14 747).
De otras nacionalidades han arribado a la Isla en lo que va de año 140 713 visitantes, según el informe publicado por la ONEI.
Los datos, proporcionados a esa entidad por la Información de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería, muestran un crecimiento en el número de visitantes con respecto a igual período del pasado año, cuando la Isla atravesaba su peor momento de la pandemia de COVID-19.
Según la ONEI, hasta el mes de julio se recibieron 1 200 580 viajeros, que representa el 552,3% respecto a igual periodo del 2021, o sea, 983 216 viajeros más.
En igual período se han recibido 834 891 visitantes internacionales, un 590,9% superior a igual período de 2021, que se traduce en 693 592 visitantes internacionales más.
Si bien la mayoría de los mercados emisores ha aumentado las cifras de turistas debido al fin de las restricciones migratorias derivadas de la pandemia, el turismo ruso ha mermado considerablemente, con apenas 38 041 visitantes.
En junio del presente año, activistas prodemocracia y miembros del exilio cubano llamaron al Gobierno y a la ciudadanía canadiense a no apoyar al régimen castrista en el marco de la campaña “Unlock Cuba”, una iniciativa que busca arrojar luz sobre las prácticas represivas y violaciones de derechos humanos en la Isla.
La iniciativa buscaba informar a los ciudadanos de ese país sobre cómo el régimen emplea los fondos procedentes de renglones como el turismo para mantener su maquinaria represiva con el pueblo cubano.
Fuente: Diario las Américas.

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