SONIA SCHOTT,
Si bien la idea estaba en el aire mucho antes de que existiera la tecnología, la televisión electrónica, que nació en San Francisco en 1927, gracias a Philo Taylor Farnsworth, logró apoderarse del país compitiendo con la radio por su gran poder de difusión basado en imágenes y sonido.
La creciente popularidad de la televisión la convirtió en la reina de las comunicaciones, incluyendo los asuntos políticos.
“En 1951, una misiva de la Casa Blanca daba cuenta de la preocupación del presidente Harry Truman de que las audiencias del Congreso deberían dejar de ser televisadas “debido a la tendencia a convertirlas en espectáculos romanos” y aunque el senador demócrata John F. Kennedy advirtió en 1959 que la televisión podía ser “abusada por demagogos, apelando a la emoción, el prejuicio y la ignorancia”, creía que el “efecto neto de la televisión definitivamente puede ser beneficioso, dado que el nuevo medio le daba al público la nueva oportunidad de detectar por sí mismos el engaño y la honestidad en la imagen de un político”, según la página web a la Librería del Congreso.
Luego, llegaron las redes sociales, abriendo un nuevo capítulo en los procesos electorales.
Los medios de comunicación y las plataformas han representado una buena vía para transmitir mensajes políticos, pero, con escenarios y realidades tan cambiantes, la originalidad prima en la competencia.
Sí política y oportunidad van de la mano de quienes intentan influir en la forma de gobernar, la conveniente publicación de un libro sobre el estado del país indica que un político está a punto de hacer un gran anuncio.
Y es que pareciera que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, se está preparando para las elecciones presidenciales de 2024, y aunque todavía no lo ha anunciado formalmente, los medios ya le han dado resonancia.
A juzgar por comentarios recientes, parece que esperará hasta que finalice la sesión legislativa de Florida, el 5 de mayo, para declarar su intención.
Con 44 años, DeSantis ha dejado en claro que cree que el titular de la Casa Blanca debería ser alguien con más energía y vigor.
¿Se refiere acaso al presidente Joe Biden quien tiene 80 años o a su potencial rival republicano Donald Trump de 76?
Con Trump ya en plena campaña, DeSantis deberá ponerse al día, pero si se presenta se anticipa como una de las batallas políticas más interesantes desde que Trump se enfrentó a Hillary Clinton por la Casa Blanca en 2016.
En un principio, DeSantis fue percibido como un producto de Trump, pero seguramente el gobernador floridano fijará distancias con el expresidente para labrar su propio camino hacia la nominación republicana.
Ahora DeSantis ha sido lanzado al estrado por el propio exmandatario a través de críticas en su contra, lo que anticipa que serán acérrimos rivales políticos.
Si bien, cualquiera que se oponga a Trump enfrentará dificultades porque, como muestran las encuestas, todavía tiene un gran núcleo de seguidores que tal vez no cambien su lealtad, solo porque alguien sea mucho más joven y menos controversial.
Es cierto que Trump enfrenta una acusación legal, por el pago de dinero en 2016 a una estrella de cine para adultos a cambio de no revelar un supuesto romance.
Según el The New York Times, el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, está cerca de tomar una decisión sobre si acusar a Trump luego del presunto pago de 130.000 dólares por parte del exabogado personal del expresidente, Michael Cohen, a Stormy Daniels.
Además, la afirmación de Trump de que ganó las elecciones de 2020 y el ataque al Capitolio por parte de sus partidarios el 6 de enero de 2021 serán parte importante de la campaña presidencial compitiendo con el estado de la economía, la inmigración y la guerra en Ucrania.
Si estos temas impactan negativamente a la campaña de Trump o a la de DeSantis, está aún por verse.
Sin duda, DeSantis querrá distanciarse de tales controversias, pero sin ofender a los fieles seguidores de Trump, a quienes tendrá que cortejar, si quiere vencer al magnate, aunque su énfasis esté puesto en la necesidad de un líder más joven y enérgico en la Casa Blanca.
Nikki Haley, otra candidata republicana también ha enfatizado la necesidad de un presidente más joven. Sin embargo, en una poderosa batalla de voluntades, entre Trump y DeSantis, las voces de Haley y otros candidatos como Mike Pompeo o Mike Pence serán sofocadas por el ruido proveniente de estos dos grandes rivales republicanos.