domingo, mayo 5, 2024
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¿Se puede cantar victoria?

SONIA SCHOTT,

La Casa Blanca respiró aliviada cuando la Cámara de Representantes aprobó los proyectos de ley de ayuda exterior, rompiendo así el impasse que dividió al Congreso por varios meses.

La legislación proporciona unos 61 mil millones de dólares a Ucrania; 26 mil millones de dólares para Israel, incluyendo ayuda humanitaria a Gaza y 8 mil millones de dólares para Taiwán y otros aliados en el Indo-Pacífico.

Durante meses, el presidente Joe Biden trató de persuadir pública y privadamente al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, para salvar a Ucrania de una derrota inminente frente a Rusia.

Johnson, republicano de Luisiana, finalmente dio luz verde al paquete de ayuda militar para Ucrania, no sin poner en riesgo su propio puesto al enfadar a sus colegas republicanos más conservadores, como el senador, JD Vance, de Ohio, potencial compañero de fórmula de Donald Trump, y Marjorie Taylor Greene, representante por el distrito 14 de Georgia, pero además a los representantes, Jim Jordan, de Ohio, James Comer, de Kentucky y Jason Smith, de Missouri, quienes votaron en contra.

Lo mismo hizo el presidente del Comité de Seguridad Nacional, Mark Green de Tennessee, y la miembro del liderazgo del Partido Republicano y aliada de Trump, Elise Stefanik (R-N.Y.) todos ellos opuestos al financiamiento para Kiev hasta que se logren otros objetivos políticos como medidas más estrictas de seguridad fronteriza e inmigración en la frontera entre Estados Unidos y México.

En el centro de la controversia republicana, sobre Ucrania, también cuenta la división entre quienes apoyan a Donald Trump o están en su contra.

Los anti-Trump republicanos consideran a Rusia la amenaza geopolítica más apremiante para los intereses estadounidenses, mientras que los pro-Trump aseguran que la participación estadounidense en Ucrania es una receta para el desastre y se muestran escépticos ante la intervención global, según Paul Schwennesen de la Universidad de Kansas.

Pero el Council on Foreign Relations hizo notar recientemente en un blog de James M. Lindsay que Trump no intervino en el debate. “A pesar de expresar repetidamente escepticismo sobre la conveniencia del apoyo de Estados Unidos a Ucrania y criticar como Biden ha conducido la ayuda a Ucrania, no intentó detener la decisión de Johnson de realizar una votación. Por el contrario, recibió a Johnson en Mar-a-Lago la semana pasada y dijo: “Estoy de su lado”.

No hay duda de que el ser presidente de la Cámara siempre ha sido uno de los roles políticos más complejos y en estos seis meses desde que Johnson reemplazó a Kevin McCarthy, debió debatirse entre sí proporcionar o no ayuda a Ucrania para impedir que Rusia cante victoria.

La advertencia más cruda vino de William Burns, director de la CIA, que dijo al Congreso que a menos que Estados Unidos ayude financieramente a Kiev, la derrota llegaría tan pronto como a finales de este año.

Tanto Johnson como otros miembros del Congreso recibieron información de inteligencia que respaldaba esta advertencia.

No sólo estaba en juego la crítica situación en el campo de batalla para Ucrania, pero además las repercusiones futuras en caso de que una envalentonada Rusia no viera límites para sus sueños expansionistas.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reiteró que “El ejército estadounidense no tiene que luchar para proteger a los países de la OTAN. Los ucranianos están haciendo eso”.

Las señales de alerta habían aumentado en los últimos meses luego de que las tropas rusas ganaran territorio y sus ataques misilísticos dañaran suministros de energía ucranianos, provocando cortes generalizados.

Hablando la semana pasada en el Centro Presidencial George W. Bush, Burns también dijo que la batalla por la ayuda estadounidense a Kiev era más que sólo la guerra en Ucrania.

“También se trata de Xi Jinping en China, sus ambiciones y nuestros aliados y socios en el Indo-Pacífico. En realidad, se trata de si nuestros adversarios entienden o no nuestra confiabilidad y determinación con nuestros aliados”, dijo Burns.

Ha habido una serie de puntos de inflexión en la guerra ruso-ucraniana, incluso cuando Rusia estuvo perdiendo tantas tropas, tanques y aviones de combate por los contraataques ucranianos, que hubo optimismo de que Moscú se vería obligado a admitir la derrota.

Ahora solo resta ver si Ucrania puede cantar victoria a pesar del tiempo perdido.

Fuente: Diario Las Américas

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