La bancadas Perú Libre, Perú Democrático, así como Cambio Democrático, presentaron la primera moción de vacancia por incapacidad moral permanente contra la presidente, Dina Boluarte, ante el Congreso. Los bloques izquierdistas sustentan la petición en las 57 muertes registradas durante las protestas que desató la destitución de Pedro Castillo.
La iniciativa según La República se tramitó vía electrónica ante la mesa virtual del parlamento por parte de la legisladora Nieves Limachi de Perú Democrático a través de un documento donde señala que “el país está siendo desangrado por el pésimo manejo gubernamental y de las fuerzas del orden que lidera la señora Dina Boluarte”.
La presentación de esta primera moción de vacancia en contra de Boluarte supera los récords de conflictividad e ingobernabilidad impuestos por su antecesor Pedro Castillo, quien enfrentó la primera petición de remoción ante el Congreso en noviembre de 2021, cuatro meses después de ascender a la Casa de Pizarro.
Superando a Castillo
A Boluarte intentan vacarla a menos de dos meses de su juramentación como jefe de Estado. El camino que le espera es agridulce considerando que Castillo salió librado de la primera moción al sólo lograr 46 votos a favor, 76 en contra y cuatro abstenciones.
Sin embargo, el respiro le duró poco al maestro chotano cuando finales de marzo de 2022 nuevamente el parlamento acogió una nueva petición que lo acusó de ser cabecilla de una organización criminal destinada a beneficiarse ilícitamente a través de «contradicciones y licitaciones» y de presuntos delitos de fraude procesal y falsedad genérica-
Si bien el documento tampoco prosperó, la brecha de votos en comparación con la segunda moción se cerró con 55 votos a favor, 54 en contra y 19 abstenciones. Después, con la tercera solicitud todo fue peor: Castillo terminó finalmente destituido con 101 votos a favor de la declaración de incapacidad moral por liderar un autogolpe el pasado 7 de diciembre.
Una inestabilidad incesante
La inestabilidad política de Perú es incomparable e incesante considerando que desde 2016, las riendas del país han pasado por las manos de cinco presidentes -incluido Castillo- sin ninguno terminar el periodo que le correspondía. Antes de la salida de Castillo, Pedro Pablo Kuczynski, quien había sido electo en 2016 enfrentó una moción de vacancia en 2018 pero renunció antes de la votación.
Después, el presidente Martín Vizcarra fue destituido en 2020 por el Congreso por «incapacidad moral». Si bien lo remplazó Manuel Merino, su administración resultó fugaz al renunciar cinco días después y finalmente Francisco Sagasti terminó el periodo presidencial de Vizcarra en 2021.
El historial del Ejecutivo peruano es complejo si además se agrega que hace más de dos décadas -en el año 2000- el entonces presidente Alberto Fujimori también fue removido por incapacidad moral permanente y antes de él está el caso de José de la Riva Agüero en junio de 1823 y de Guillermo Billinghurst, vacado en 1914 por negarse a convocar a una legislatura extraordinaria para aprobar el presupuesto público.
Un proceso de largo aliento
En total, serían cinco presidentes destituidos en Perú, dos con dimisión y uno -Sagasti- con menos de años de mandato. Bajo ese escenario, el destino de Boluarte parece estar escrito. Su única esperanza es que para la presentación de la moción de vacancia se requieren las firmas del 20% del número legal de congresistas presentes, es decir, 26 y estos no se logren.
Ahora, si este número de rúbricas se alcanza, se convocaría una sesión para debatir y vota la admisión de vacancia, para lo cual se requiere el voto del 40% de congresistas que equivalen a 52 votos. En caso de obtenerse, inmediatamente, el Congreso acordaría el día y la hora para el debate y votación de la moción.
Antes, la presidenta tendrá derecho a ejercer su defensa junto a un abogado durante una hora. Luego de escucharla, el pleno volvería a votar y se requerirían 2/3 del número legal de congresistas, es decir, 87 votos de los 130 diputados que conforman el hemiciclo para dejarla fuera del poder.