«Hacia el castrochavismo», cantó hace cinco años con ironía la hija menor del hoy presidente de Colombia, Gustavo Petro, para luego dirigirse hacia una esquina del escenario y agregar que se estaba ubicando “a la extrema izquierda” en medio de una entrevista a su padre en la W Radio durante la campaña presidencial de 2018 en la que fue derrotado por Iván Duque. Y tal parece que los niños siempre dicen la verdad. Aunque simuló un distanciamiento durante la campaña para los comicios del año pasado en los que finalmente consiguió la victoria, hoy Gustavo Petro demuestra con su cuarto encuentro con Nicolás Maduro en apenas siete meses una relación estrecha que va más allá de lo comercial. Las coincidencias políticas e ideológicas saltan a la vista.
El mandatario colombiano acumula un recorrido aéreo de más de 6.800 kilómetros en sus tres viajes a Caracas y uno a la ciudad fronteriza de Cúcuta para reunirse en uno de los puentes que separa a ambos países con el dictador venezolano, a quien, por supuesto, no considera como tal. Y es que apenas llegó a la Casa de Nariño en agosto pasado, el líder del Pacto Histórico anunció el restablecimiento de relaciones con Venezuela y la posterior reapertura total de la frontera con la excusa de reactivar el intercambio comercial. Esa ha sido la agenda puesta sobre la mesa para estrechar la mano en tres oportunidades y tal parece que también es el pretexto para el cuarto encuentro.
Posibles puntos en la agenda
La reunión de este jueves en la capital venezolana es para «hacer seguimiento a cuestiones abordadas en los encuentros previos». Es lo que se sabe hasta el momento, de acuerdo con información suministrada por la Presidencia de Colombia a la agencia EFE. En el último encuentro que se llevó a cabo en el puente internacional Atanasio Girardot, también conocido como Tienditas, Petro y Maduro firmaron un convenio en el que se fijó la meta de alcanzar este años los 1.800 millones de dólares en operaciones comerciales, lo que multiplicaría por ocho los 222 millones de dólares de 2020, cuando se registró la cifra más baja de la relación bilateral. Sin embargo, la meta de 1.800 millones fijada para este año sigue estando muy por debajo del récord de 7.000 millones alcanzado en 2008.
Otros temas que han tratado Petro y Maduro son los relacionados con la migración, así como también se ha manifestado el deseo del Gobierno colombiano de que Venezuela vuelva a organismos internacionales como la Comunidad Andina (CAN) o al Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Pero tampoco se puede olvidar que el régimen chavista abrió las puertas de la capital venezolana para la primera fase de los diálogos con la narcoguerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Además, en el Palacio de Miraflores esperan elevar sus ingresos gracias a esta estrecha relación y a la propuesta que ha surgido desde Bogotá de comprar gas venezolano ante los anuncios bipolares de la ministra de Energía, Irene Vélez, de frenar los nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo y gas, como parte de la agenda ambientalista del Ejecutivo.
¿Financiando al régimen de Maduro?
Esta situación genera preocupación en la oposición colombiana, que a propósito de este cuarto encuentro en Petro y Maduro advierte de las consecuencias negativas para Colombia y muy positivas para la dictadura chavista. Así lo reiteró este miércoles la senadora por el Centro Democrático, Paloma Valencia.
Sin duda el más beneficiado con la elección de Gustavo Petro en Colombia ha sido Nicolás Maduro. El primer fruto que obtuvo el régimen fue el regreso a sus manos de la filial de PDVSA en territorio colombiano, Monómeros, que estaba bajo la administración del extinto interinato de Juan Guaidó. Este capítulo se abrió a finales de septiembre con el envió de un barco al puerto de Barranquilla con 160.000 toneladas de urea venezolana.
Intercambio comercial a media máquina
No obstante, el intercambio comercial no ha sido hasta el momento tan fructífero como lo esperado por la dictadura chavista. Si bien en octubre, noviembre y diciembre se observó un aumento en la compra de productos venezolanos por parte de Colombia, en enero de 2023 la cifra no termina de despegar, pues se ubicó en 6,7 millones de dólares, mostrando más bien una leve reducción con relación al mismo mes del año pasado, cuando había sido de 6,9 millones, pese a estar suspendidas las relaciones, según la más reciente publicación del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
En lo que respecta a las exportaciones colombianas hacia Venezuela sí se observa un incremento un poco más significativo, al pasar de 26,6 millones de dólares a 41,3 millones en la comparación de los meses de enero de 2022 y 2023. Pero detrás de la fachada comercial se esconde un interés más político e ideológico a escala latinoamericana. Así se evidenció cuando a comienzos de enero, luego de visitar Venezuela, Gustavo Petro se dirigió de inmediato a Chile para reunirse con su homólogo Gabriel Boric, en un aparente intento de servir de mediador entre Santiago y Caracas, ante la cautela que ha guardado el mandatario chileno con la dictadura venezolana.